viernes, 24 de junio de 2011

travesía + rescate

Rumbo a nuestro segundo encuentro con la naturaleza partimos 6am los valientes (o inconcientes) Paolo, Nico y yo.
Con aproximadamente 5 litros de agua, algunas botellitas de gatorade, barritas de cereal, y fruta emprendimos la bajada al Gran Cañon del Colorado.

Al principio todo sin contratiempos, el paisaje divino, la bajada complicada pero posible de sobrellevar.

Hasta la segunda parada...cansados pero enteros.
Después de Skeleton (segunda parada) seguimos bajando hasta la tercer parada la cual desconocíamos que no se recomendaba bajar en esa epoca del año, diria que estaba algo asi como prohibido.
LLegando a la tercer parada entonces y viendo que faltaban km para llegar al rio decidimos parar a descansar.
Bajamos en 2hrs tiempo record.

Sinceramente yo no podia conmigo misma. Me tiré en el suelo al lado de una lagartija (casi que ignorándola) sentí que no tenia fuerzas para subir. "Muero aqui mismo".
En ese momento decidimos separarnos y Paolo emprendió la subida después de descanzar unos minutos y comer algo, y Nico y yo decidimos quedarnos y llamar para pedir rescate.

Primer contratiempo: teléfono de emergencia NO FUNCIONA
Segundo contratiempo: Paolo regresa a minutos de haber salido con la rodilla descalzada y muerto de dolor.


Recalculando (como dice nuestra querida Monica del GPS)...Paolo emprende la subiada por segunda vez con la rodilla hecha paté.
Minutos mas tarde salimos Nico y yo prácticamente sin fuerzas ni esperanzas de llegar pero pensando en Paolo y su rodilla lesionada sin saber cuanto podia aguantar o si podria pasarle algo.


Después de caminar unos 40 minutos al rayo del sol y parando en cada cachito de sombra que nos brindaban aquellas gigantescas formaciones geologicas, nos encontramos con las primeras 2 personas en lo que iba de las ultimas 3 o 4 hrs que casualmente eran 2 ponjas que por suerte hablaban ingles y se habian cruzado con Paolo, por lo cual sabian de nuestra situación y estaban dispuestos a ayudarnos.
Cuando hablamos con ellos y supimos que Paolo estaba bien y que ellos sabian que estabamos subiendo nos tranquilizamos.

Nos despedimos de nuestros nuevos amigos y seguimos subiendo a pesar de que ellos esperaban que pasáramos la noche con ellos (es decir bajar nuevamente todo lo que habiamos logrado subir que no era poco).

De ahi en adelante para mi se hizo mas facil la subida, no estaba cansada, podía respirar perfectamente y moverme rápidamente sin que el pulso se acelerara mas de lo normal y disfrutar del hermoso paisaje que nos rodeaba.
Sacamos algunas fotos, descansábamos de tanto en tanto y nos cruzábamos con algún que otro especimen, agradable o no muy agradable como por ejemplo el cuervo que se paro delante de nostros o la víbora con la que casi palmo, jeje!! demas todo eran ardillas y lagartijas, nada por lo que preocuparse.

Para nuestra suerte Nico estaba con una pierna acalambrada y con el pulso a mil, por lo que hubo que parar mas de lo debido y eso nos jugaba en contra porque se nos venia la noche y caminar a oscuras entre montañas no era joda.

A todo esto pudimos llegar a la primer parada casi que sin luz. Descansamos 5 minutos al lado de otro ponja que nos cruzamos en la subida y que tenia pénsado pasar la noche alli.

Emprendimos nuestro ultimo tramo alumbrandonos con la linterna de Nico (y menos mal que la teniamos con nosotros). Esa fue la peor parte. Yo no estaba cansada y en lo único que pensaba era en llegar a la cima, y la verdad estaba un poco asustada por la situación, pensaba en lo que estábamos viviendo y me parecia increible, de película. No me puede estar pasando esto a mi, pero siiii me estaba pasando.
Nos quedaba media botellita de agua y un durazno. Tomábamos de a traguitos y tuvimos suerte de no deshidratarnos. Parabamos cada 100 metros o menos porque Nico estaba lastimado. Yo no paraba de decirle que aguantara que faltaba poco, cuando en realidad alumbraba con la linterna el camino y este se hacia cada vez mas interminable.

En eso vemos luces cerca. Venian los rescatistas, increibleee!!! no podía creer cuando los vi, le decía a Nico vamos que están ahi!!!

Los tipos cayeron cuando estábamos a cuatro vueltas de llegar osea prácticamente arriba, jeje!!! pero nos dieron agua y unos palos de esquiar para apoyarnos y subir mejor.

A todo esto llegamos a la estación y nos encontramos con Paolo y todos los chiquilines que habian vuelto cuando Paolo los llamo para avisarles que Nico y yo estabamos abajo pasando la noche en el gran Cañón.


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